La pequeña localidad de Sotoca de Tajo, ubicada junto al gran río que marca y divide la comarca se encuentra abocada a él física y espiritualmente. Desde antaño los moradores de este pueblo han convivido con el río, el cual les ha proporcionado sustento y compañía.
De pleno sabor rural, abandonarse a sus paisajes y sonidos que invaden el casco urbano es someterse de nuevo a viejas leyendas de la naturaleza.
La Iglesia del Santo Cristo, de origen románico, como atestigua su fachada, bastante remodelada a lo largo del tiempo, siendo la mayor parte del templo en la actualidad construido en el Siglo XVI, es el edificio más importante. Presenta diferentes cuerpos añadidos en sus laterales. La fachada, realizada en piedra trabajada y con forma de frontón, está rematada en un campanario de tres huecos, dos de mayor tamaño y uno central y sobre un plano más elevado. Es una iglesia de planta de cruz latina con tres naves separadas por columnas con ábside, muy posiblemente como reminiscencia de una fase de estilo gótico.
Existe otra Ermita, la de San Martín, de reducidas dimensiones que sigue el esquema de las ermitas de extramuros de la comarca, con un interesante recinto “in antis”. A escasos cincuenta metros, se alza una cruz y una placa conmemorativa frente a la Ermita que recuerda el lugar exacto donde falleció San Martín de Finojosa.
También hay un bonito Lavadero sobre las aguas del río, como interesante ejemplo de arquitectura popular en bella armonía con la naturaleza.
En las afueras de Sotoca de Tajo, en un paraje conocido como “La Peña de los Santos”, se han hallado restos de unas tumbas de forma antropomórfica, excavadas en la piedra granítica y ya expoliadas, de posible origen celtíbero.
Sotoca de Tajo está atravesada de Oeste a Este por el Sendero de Gran Recorrido GR-10 o E-7, en su camino desde Ruguilla a Carrascosa de Tajo, población perteneciente, y por la que se accede, al Parque Natural del Alto Tajo.